Este artículo fue publicado en mi web y en el Día de Córdoba, de forma resumida, en el año 2007. Hoy he sentido la necesidad de rescatarlo por dos razones: La primera, por el deterioro progresivo de la calidad de las enseñanzas que se imparten en la escuela pública, debido a los recortes en cuanto a profesorado y recursos en muchas Comunidades Autónomas. Poco a poco se desvanece el ideal por el que luchamos desde hace varios años en la APCCC: La mejora de las enseñanzas científicas.
La segunda razón tiene que ver con el papel que le corresponde a la Ecología y a las Ciencias Ambientales en el establecimiento de los límites a las Tecnologías. Por su carácter global, son las impulsoras de las herramientas intelectuales, metodológicas y éticas necesarias a la hora de interactuar con el planeta: Establecimiento de Impactos Ambientales, contaminación ambiental y sus efectos en la salud de los ecosistames, desertización, etc.
Sin querer confundir la Ecología con el Ecologismo, afirmo que son estas herramientas y metodologías, y no otras, las que sirven como soporte científico a una gran parte de las propuestas y actuaciones de muchos grupos ecologistas racionales, cuya meta no es otra que la conservación del medio ambiente y su legado, en las mejores condiciones, a las generaciones venideras. Muy lejos de la imagen que nos venden algunos colaboradores de esa ruidosa comunidad de escépticos de primera generación, a los que yo denomino Versión 1.0, por su falta de compromiso medio-ambiental (no todos/as, obviamente). Un movimiento ecologista que con sus aciertos y errores, como en cualquier empresa humana, persigue un mundo mejor para todos/as. Tal vez otros grupos o investigadores/as individuales, volcados en la ganancia lícita de beneficios a corto plazo, mediante el desarrollo de las nuevas aplicaciones tecnológicas, no pueden alegar a su favor la independencia, la generosidad y los ideales que mueven a la mayoría de los ecologistas.
Herpes simplex. 1 de octubre de 2011
Herpes simplex. 1 de octubre de 2011
El saber científico es multidimensional.
Está formado por conceptos, incluyendo los hechos, las teorías y las
leyes; los procedimientos y los métodos de la Ciencia y las actitudes y
valores que la sustentan y permiten sus aplicaciones dentro de los
límites establecidos por una ética universal. Es Cultura,
imprescindible para el desarrollo integral del ser humano y una
herramienta fundamental para interpretar el mundo y no quedar fuera del
juego intelectual de nuestra época.
Evolución, Procesos Químicos,
Transformaciones de la Energía, Historia del Universo, de la Tierra y
de la Vida, Ecosistemas, Neurociencias, Genética, etc. forman parte del
acervo cultural de la Humanidad, construido colectivamente mediante la
lucha del ser humano contra el Mito,
para "arrancarle a la naturaleza sus secretos" y “repartirlos entre
los hombres” (como dijo Gregorio Marañón, refiriéndose a Madame Curie,
durante la gira de la ilustre química por España).
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Esta comprensión del mundo es, además, el sustrato para liberarnos de supersticiones, pseudociencias (ufología, astrología, ciencias ocultas, etc.) terapias milagrosas, fraudes, manipulaciones y engaños, muchos de los cuales se multiplican sin control por la televisión y por la red, a golpe de ratón. Todo un universo de patrañas a las que Carl Sagan, en su libro "El Mundo y sus demonios" , responsabiliza de una nueva edad oscura. Un ejemplo reciente de esta oscuridad cibernética es la proliferación de hoax o mensajes de correo electrónico que, con un carácter aparentemente riguroso y científico, se multiplican en cadena, siendo difíciles de cuestionar con la educación científica actual (tampones con amianto, rayón y dioxinas, que causan problemas de salud en las usuarias, por ejemplo). | |
Las Ciencias nos informan de los riesgos ambientales y de sus consecuencias (inundaciones, tornados, huracanes, sequías, etc.); pueden predecir algunas catástrofes naturales con una cierta precisión (tsunamis, volcanes, deslizamientos, etc.) y nos desvelan qué zonas del planeta son más seguras y cuáles son más peligrosas para los asentamientos humanos. | |
Pero, además, nos facilitan la comprensión de las interacciones entre el ser humano y su medio: calentamiento global, agotamiento de los recursos naturales, falta de agua, energía o alimentos para abastecer a una población mundial, pérdida de biodiversidad, contaminación ambiental, etc. | |
Y, derivado de este conocimiento, sobre ellas descansa el conjunto de soluciones a los problemas medio-ambientales generados por el desarrollo científico-tecnológico, cuando éstas satisfacen ciertos criterios éticos (la Ciencia construye “los saberes” y la Ética, “los deberes”): Un conjunto de soluciones racionales e imaginativas dentro de lo que conocemos como Desarrollo Sostenible, que no comprometa el futuro de las generaciones venideras y que garantice unos niveles de vida dignos para todos los ciudadanos/as. | |
Por otra parte, la medicina y la mayoría de los objetos y materiales de uso corriente, son productos del desarrollo científico y tecnológico y nos están abriendo las puertas a un grado de bienestar sin precedentes, pero también a una serie de dilemas y retos (contaminación electromagnética, clonación, Ingeniería Genética, etc.) que hay que saber analizar, entender y valorar en su justa medida, buscando fórmulas compatibles con un modelo de desarrollo ajustado a los ciclos naturales, que garantice, además, el acceso a unas mejores condiciones de vida de todos los habitantes del planeta. | |
Dentro de este ámbito, las Ciencias fomentan actitudes y hábitos para el cuidado de la salud, así como conocimientos para hacer frente a los riesgos relacionados con la alimentación, el consumo, las drogodependencias y la sexualidad, proporcionando también las claves necesarias para comprender las nuevas tecnologías y sus posibles consecuencias para la salud y el medio ambiente. | |
Con los últimos avances genéticos y neurobiológicos, las Ciencias nos están ayudando a redefinir la condición humana, situando a nuestra especie en el lugar que le corresponde en la naturaleza y, de esta forma, afrontar las nuevas perspectivas sobre la libertad, la mente y sus enfermedades, la felicidad, etc. | |
Por otra parte, la disminución del analfabetismo científico
nos proporciona la mejor vacuna individual y colectiva contra el dogmatismo y
el fanatismo religiosos y contribuye a la necesaria y efectiva integración
cultural, étnica, lingüística, social y económica de los diferentes pueblos y
naciones y, a largo plazo, al desarrollo económico y social de los países más
pobres, basado en el bienestar y en la mejora de la calidad de vida de todos
sus ciudadanos, la conservación de su medio ambiente, la transmisión de valores
éticos y el reparto justo de la riqueza.
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Finalmente, la Ciencia en general, como empresa ética colectiva, pone en juego valores que le son inherentes: el escepticismo; la racionalidad, entendida como el poder de la razón para comprender el mundo; la búsqueda de la verdad objetiva; la participación de la colectividad en la construcción del conocimiento; el rigor intelectual; el debate y la confrontación de ideas; la provisionalidad de sus teorías; etc. | |
Por todo ello, la enseñanza de las Ciencias contribuye a la formación de ciudadanos críticos, capaces de entender la complejidad del mundo y los cambios que estamos experimentando, a la vez que nos capacita para cuestionar las políticas de nuestros gobernantes y adoptar de forma autónoma, racional y fundamentada nuestras decisiones, facilitándonos la participación activa en la comunidad, como ciudadanos informados, comprometidos, libres y responsables. En definitiva, la socialización del conocimiento científico, entendido como Cultura, es la esencia de la democracia. |
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